lunes, 1 de febrero de 2016

NO HAGAS ESTO CUANDO REDACTES UN CURRÍCULO

NO HAGAS ESTO CUANDO REDACTES  UN CURRÍCULO

NO HAGAS ESTO CUANDO REDACTES  UN CURRÍCULO


Si la primera impresión es lo que cuenta, un buen currículo se configura como pilar básico a la hora de conquistar al reclutador en una entrevista de trabajo. Todas las precauciones son pocas cuando se trata de venderse como el mejor candidato posible a un puesto, así que es mejor repasar los errores para optimizar los aciertos.

10 cosas que NO hay que hacer, a la hora de elaborar un currículo.


Para facilitar a los jóvenes una guía en el tortuoso camino actual entre la formación y el mundo laboral.

Para ello, y frente a la descorazonadora coletilla de la “Generación Perdida”, desde MERCURIO.Comunicación y Marketing. Queremos  lanzar una completa campaña de auxilio a los más perdidos.


1. El currículo ilegible.


Lo primero a tener en cuenta es que quien recibe el currículo es una persona. Eso, y que recibirá cientos de ellos. Organizar la información y ayudarle a encontrar rápidamente lo que busca es la mejor garantía de éxito. Es fundamental huir de los listados eternos de cargos, cursos e idiomas. ¡Nadie los leerá hasta el final!


2. Fotos informales.


Si el currículo es la primera imagen que recibe el reclutador, la foto no lo es menos. Una foto de las vacaciones puede funcionar muy bien en un perfil de Facebook, pero no es la mejor idea para parecer alguien serio y profesional. "Lo recomendable es tamaño carnet, a color o en blanco y negro, pero, sobre todo, con una vestimenta formal. “Hay que eliminar todo tipo de fotos lúdicas".


3. Información incompleta.


Es muy importante que el currículo refleje a la perfección cuál ha sido la experiencia profesional. Parece evidente, pero a veces se nos olvidan aspectos que pueden ser clave, como una beca especializada, una estancia en el extranjero o un curso. Hay que resumir -eso sí, de forma concisa- absolutamente todas las actividades que se han realizado en la trayectoria anterior.


4. Muchas hojas.


"Se hacen eternos". No es favorable la impresión del reclutador al recibir un taco de folios de cada candidato. "Lo recomendable es alargarse, máximo, dos hojas" (si no se puede sintetizar en una sóla. El reto es condensar la máxima cantidad de información en un reducido espacio. ¡Y sin olvidarse de la claridad!


5. No corregir lo impreso.


Parece mentira, pero aún hay gente que recurre al famoso Tipp-ex, o a los aún menos atractivos tachones cuando detecta un error en su pila de currículos impresos. Un buen consejo para que no se pase ningún fallo es imprimir una copia, corregirla sobre el papel y, después, proceder a imprimir el resto. Las erratas se detectan mejor en la hoja que en la pantalla.


6. Formato libre.


En contra de lo que pudiera parecer, después de muchas campañas en los medios de comunicación para fomentar la originalidad en la carta de presentación para un puesto de trabajo, el formato libre no es recomendable. Insistimos en el tipo "estándar". "Es el que está acostumbrado a ver el reclutador. Sí se justifica saltarse la norma cuando se opta a cargos que impliquen una gran creatividad. Por ejemplo, en Publicidad.


7. Incoherencia entre currículo y puesto.


En la actual coyuntura laboral, tener un sólo modelo de currículo es jugársela a una carta. Lo mejor es estudiar el puesto al que se quiere optar, analizar qué elementos de la propia formación o de la experiencia profesional se adaptan más a lo que van a buscar los reclutadores y potenciarlo. Recomendamos tener varios modelos de Currículo adaptados a las distintas empresas a las que nos dirijamos.


8. Falta de claridad.


Lo que se conoce como un “chorizo” de texto no entra ni a la hora del almuerzo. Negritas, subrayados, enumeraciones... Incluso el blanco es un buen aliado. "El reclutador va a tener máximo 10 segundos para echar el primer vistazo a una presentación". Facilita la labor a quien va a leer y el candidato ganará muchos puntos de cara a esa ansiada llamada.


9. Otros aspectos sobre mí.


Es ese último apartado del currículo, allí donde se apuntan todas esas cosas que se han hecho y que "lo mismo cuelan": cursos de cocina, experiencias como monitor de tiempo libre, voluntariado, habilidades con la pintura... "Vemos tantas cosas diferentes que nuestro consejo es que, cuando se quiera añadir ese apartado, nos limitemos a exponer cosas que realmente aporten valor a nuestro currículo para esa compañía".


10. No revisar.


Para evitar retrotraerse al punto 5 y emborronar esa carta de presentación hay que tomarse la redacción del currículo como un trabajo de clase. Leer, releer y volver a leer punto por punto lo escrito es la norma número uno para no meter la pata.

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