EL
RETO DE LAS EMPRESAS
Cualquier
profesional del Marketing tiene siempre
, un objetivo principal: Notoriedad y Posicionamiento.
Da
igual que sea el director de marketing de una multinacional presente
en todo el mundo y con sede en la Gran Manzana, en la
City de Londres, o que sea el encargado de una pequeña tienda en el
centro de Lugo
o Pontevedra.
Da igual porque para cualquier empresa la clave para conseguir sus
objetivos, y consecuentemente tener éxito, siempre pasará por
alcanzar una notoriedad determinada y tener un posicionamiento
correcto.
El posicionamiento (la imagen de marca) es la forma en la que el mercado percibe nuestra marca o producto, es un conjunto de valores que se transmiten a través de sus diferentes atributos: a través del precio (caro, barato o low cost), de la distribución (exclusivo, masivo…) y por supuesto a través de la comunicación que hace la empresa.
Sin
embargo, la
notoriedad
es el
nivel de conocimiento que tiene el público objetivo de la marca o
producto.
De forma muy resumida, si la notoriedad es cuántas personas de
nuestro target conocen la marca, el posicionamiento es cómo la
conocen.
La notoriedad nos ayuda a alcanzar a nuestros competidores, el
posicionamiento nos diferencia de ellos.
Cuantas más personas reconozcan la marca, más notoriedad. Y a más notoriedad más ventas… Aunque en ocasiones la marca es reconocida (notoriedad) pero no es apreciada en la forma que nos interesa (posicionamiento).
Hay
muchos
casos
en los
que las empresas consiguen llegar de forma adecuada a su público
objetivo, pero los valores que transmite no son los adecuados (o no
son valorados adecuadamente por el público objetivo). Por lo tanto,
notoriedad y posicionamiento han de ir de la mano siempre.
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